martes, 31 de enero de 2012

El sueño de Emir


…¿Como es que las estrellas aún no salen? ¿A caso tendré que acostumbrarme a ver la corte nocturna sin ellas?
Atónito y algo cansado, decidió que lo mejor sería acampar en aquel remoto lugar. Saco de su bolso una antigua manta persa, un poco de agua y unas rebanadas de pan que aún le quedaban de su último paso por un poblado.
Dio gracias por los alimentos y los comió, mientras seguía esperando ansioso el desvelo de alguna silueta luminosa en el firmamento… Pero era en vano, parecía que aquella intuición lentamente comenzaba a materializarse.
Entrada la noche, se sentó en posición de loto y comenzó a meditar, gozando de la ecuanimidad que otorga el Sahaj Samadhi, se sumergió en las profundas aguas de su  inconsciente y  trato de buscar una respuesta frente a tan triste imagen como era ver el cielo sin estrellas.
En aquella soñada dimensión se veía solo en una pequeña y acogedora morada, sentado con una manzana entre sus manos.
Preguntaba: - ¿Eres un ser viviente o solo un cadáver nutritivo? ¿Hay un cielo estrellado para las desdichadas  manzanas que han sido elegidas como alimento estacional?  Si estas viva ¿¡Cuales son tus signos vitales?!-
Sobresaltado mordió un pedazo de fruta y lo escupió diciendo: ¡Te experimento en vista y gusto pero aún no sé si estas viva!
Su única certeza era el saberse dentro de un sueño y puesto que  él era quién direccionaba el curso del mismo, ansió un cielo de manzanas desdichadas en donde poder observar los astros esa noche.
Y así fue como Emir se durmió satisfecho bajo el manto azul con destellos amarillos y rojos, dispuesto a despertar al otro día percibiendo la realidad que en su sueño había creado.




Improvisación musical con Eze y Ruso.