lunes, 18 de abril de 2011

El Latido de la Tierra

Antes de comenzar a leer te recomiendo que abras en otra ventana esta canción. Para que la lectura sea más agradable.

Cuenta la historia, que en aquel lugar en donde no existía el tiempo, un grupo de jóvenes se reunía para darle caricias a la Tierra por medio de la vibración de los tambores.
Antes de iniciar cada encuentro encendían una gran fogata y acercaban los tambores al fuego inicial, para que el parche reciba un cálido saludo del elemento.
Una vez listo los instrumentos, todo comenzaba con la Plegaria a las siete direcciones galácticas:
Desde la Casa Este de la Luz
Que la sabiduría se abra en aurora sobre nosotros
para que veamos las cosas con claridad

Desde la Casa Norte de la Noche
Que la sabiduría madure entre nosotros
para que conozcamos todo desde adentro

Desde la Casa Oeste de la Transformación
Que la sabiduría se transforme en acción correcta
para que hagamos lo que haya que hacerse

Desde la Casa Sur del Sol Eterno
Que la acción correcta nos de la cosecha
para que disfrutemos los frutos del ser planetario

Desde la Casa Superior del Paraíso
Donde se reúne la gente de las estrellas y nuestros antepasados
que sus bendiciones lleguen hasta nosotros ahora

Desde la Casa Inferior de la Tierra
Que el latido del corazón cristal del planeta
nos bendiga con sus armonías
para que acabemos con todas la guerras

Desde la Fuente Central de la Galaxia
Que está en todas partes y al mismo tiempo
que todo se reconozca como luz de amor mutuo

Después de esto se sentaban alrededor del fuego, cada uno con un tambor a esperar al Mago,quien al acercarse a la ronda, lanzaba un ramo de flores y enseguida empezaba a escucharse el sonido de los djembes, bongos, bombos y otros tantos instrumentos de percusión. La ronda comenzaba a moverse en una forma conjunta y perfectamente armónica.
Los patrones rítmicos se repetían sin cesar y el volumen comenzaba a aumentar lentamente, creando una atmósfera de lo más particular. Todos los presentes entraban en una mágica conexión con todo ser vivo que circulaba por ahí.
Muchos sentían un solo latido, que marcaba el acento de la melodía de los tambores. Otros danzaban alrededor del fuego, mirándolo fijamente. Algunos dicen que dentro de las llamas veían imágenes que vaticinaban el futuro personal y colectivo.

Poco a poco, se arrodillaban y apoyaban sus manos(palmas abajo) sobre la Tierra. De esta forma, la conexión mutua se intensificaba y el ritmo de su corazón era el nacimiento y la muerte de todo lo que existía. Las energías de cada uno se mezclaban y formaban una sola, la cual viajaba a través del sonido de los tambores, llegando a cada rincón de aquel lugar.

La ceremonia terminaba con un agradecimiento a la Tierra. La alegría de vivir el acá y el ahora hacia explotar de risas a todos los jóvenes, mostrando al niño interno que todos poseemos pero que pocos dejamos que salga a jugar.

"Sea la Paz de la Naturaleza y el Cosmos en Todos y en Cada Uno"

El mundo se mueve para que no estemos quietos.



Dragón Resonante Rojo








Basado en un hecho real.

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